miércoles, 2 de noviembre de 2011

Las libélulas pueden morirse de miedo

La sola presencia de un depredador genera tanto estrés en las libélulas que puede causarles la muerte, asegura un estudio en Canadá.
"Quisimos explorar el impacto de los depredadores en el comportamiento y morfología de las poblaciones de sus presas y lo que descubrimos fue sorprendente", le dijo a BBC Mundo Shannon McCauley, investigadora de la Universidad de Toronto y una de las autoras principales del estudio, que fue publicado en la revista Ecology.
Libélula Foto Shannon McCauley

De acuerdo a sus autores, el estudio podría ayudar a entender la respuesta de otros organismos en condiciones similares y servir como modelo para investigaciones sobre los efectos letales del estrés.Locke Rowe, jefe del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva del mismo centro de estudio, señaló que "a medida que aprendemos más sobre la respuesta de los animales a condiciones estresantes, sea debido a depredadores u otros factores tanto naturales como causados por la acción humana, vemos que el estrés genera un riesgo mayor de muerte".

El costo del estrés

"Las respuestas al estrés pueden tener un costo alto para los animales, afectando su capacidad para combatir otras amenazas en el ambiente y haciéndolos más vulnerables a otros factores de mortandad", le dijo McCauley a BBC Mundo.
Los investigadores no saben aún qué cambios precisos, tal vez hormonales, tienen lugar en los insectos ante la presencia de un depredador.
"El estrés también tiene un costo. La presencia de depredadores aumenta el número de muertes, probablemente porque se desvía energía que no puede ser usada para combatir enfermedades, parásitos o desnutrición"
Shannon McCauley, Universidad de Toronto
Si puede llegar a causarles la muerte, ¿qué utilidad tiene para los animales el estrés desde un punto de vista evolutivo?
"El estrés puede ser muy útil, desvía energía desde funciones de mantenimiento a largo plazo, como crecimiento o funciones inmunológicas, hacia actividades que pueden salvar la vida en el corto plazo, como por ejemplo evitar ser consumido por un depredador. Si el insecto es consumido, no le servirá de mucho tener un buen sistema inmunológico, así que las respuestas al estrés tienen sentido desde el punto de vista evolutivo", señaló McCauley.
"Pero el estrés también tiene un costo. Siempre hay un grado de mortalidad, aun en los grupos de control no sometidos a la presencia de depredadores. Pero vimos que esa presencia aumenta el número de muertes, probablemente porque se desvía energía que no puede ser usada para combatir enfermedades, parásitos o desnutrición. Estamos viendo entonces que hasta las respuestas de adaptación tienen su costo".

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